EL TESTAMENTO DE JULIO MICOLTA
El escritor esmeraldeño Julio Micolta Cuero creó el texto poético (décimas)
"Dos mil once: el año viejo camaleónico", con el que obtuviera el
segundo premio en el Concurso de Testamentos 2011, organizado por Diario EL
UNIVERSO.
El
testamento consta de veinte estrofas de diez versos con rimas consonánticas,
con la personificación (prosopopeya) del año 2011; cuya voz expone los
hechos positivos y negativos que marcaron la vida nacional: "Sobre lo
bueno y lo adverso/ cumplo hoy el mandamiento/ de dictar mi testamento, /
camaleónico y complejo/ me pongo frente al espejo:/ yo, Dos mil once, Año
Viejo" (primera estrofa).
La voz poética reflexiona sobre la existencia: "Me han puesto sobre
esta cancha/ y en la retirada me bato/ entre la muerte y el rato/ de hazmerreír
que se ensancha" (estrofa 3). Las palabras y giros idiomáticos
enhebran un poema popular; hay la inclusión de términos en inglés acordes
a su pronunciación (ejemplo: "namber guan", por "number
one"). Cuestiona el acontecer político y económico, usa figuras
literarias que enriquecen el discurso poético: "Se hunden las
economías/ de naciones poderosas,/ detrás de atractivas rosas/ se marchitaron
los días" (estrofa 10). Aquí, también, se hace mención al paso del
tiempo.
Se destaca la participación de los deportistas ecuatorianos y se exalta a la
patria (con letra p mayúscula). No se olvida de la niñez, a la cual
dedica un tierno homenaje: "Pero mi verso es tan bello/ que deja amplios
cariños/ a las niñas y a los niños/ para quienes sí me alcanza/ el caudal de la
esperanza/ con abundantes aliños" estrofa 14). Nótese que al tono
melancólico se unifica una actitud positiva, como ocurre en la estrofa final:
"Pero dejo sin embargo/ en el túnel una luz". Antes ya se ha
emitido un lamento: "Con semejante inventario/ de sucesos e ironías/
salgo por todas las vías/ huyendo de este escenario" (estrofa 18).
Otro aporte de la obra es que se echa una mirada a la violencia en otros
lugares del planeta; saltando hábilmente desde el ámbito nacional a lo
foráneo: "No se apiadan del anciano/ ni soportan mi esqueleto/ me
despiden por decreto/ como a cualquier ciudadano. / Dejo mi derecho humano/
aunque mi cruz no se alivia/ y me conduelo de Libia/ donde el odio entronizado/
muchas vidas ha cobrado:/ "no matar dice la Biblia" (estrofa 17).
Felicitamos a Julio Micolta por su permanente presencia en las Letras
ecuatorianas.
Daniel
Calero Solís
Fuente:
Diario El Universo, sección "Gran Guayaquil", enero 6/ 2012, pág. 8.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus palabras.