viernes, 3 de febrero de 2012

TESTAMENTO DE JULIO MICOLTA


EL TESTAMENTO DE JULIO MICOLTA

   El escritor esmeraldeño Julio Micolta Cuero creó el texto poético (décimas) "Dos mil once: el año viejo camaleónico", con el que obtuviera el segundo premio en el Concurso de Testamentos 2011, organizado por Diario EL UNIVERSO.

  El testamento consta de veinte estrofas de diez versos con rimas consonánticas, con la personificación (prosopopeya) del año 2011;  cuya voz expone los hechos positivos y negativos que marcaron la vida nacional: "Sobre lo bueno y lo adverso/ cumplo hoy el mandamiento/ de dictar mi testamento, / camaleónico y complejo/ me pongo frente al espejo:/ yo, Dos mil once, Año Viejo" (primera estrofa).

   La voz poética reflexiona sobre la existencia:  "Me han puesto sobre esta cancha/ y en la retirada me bato/ entre la muerte y el rato/ de hazmerreír que se ensancha" (estrofa 3).  Las palabras y giros idiomáticos enhebran un poema popular;  hay la inclusión de términos en inglés acordes a su pronunciación (ejemplo: "namber guan", por "number one").  Cuestiona el acontecer político y económico, usa figuras literarias que enriquecen el discurso poético:  "Se hunden las economías/ de naciones poderosas,/ detrás de atractivas rosas/ se marchitaron los días" (estrofa 10).  Aquí, también, se hace mención al paso del tiempo.
   Se destaca la participación de los deportistas ecuatorianos y se exalta a la patria (con letra p mayúscula).  No se olvida de la niñez, a la cual dedica un tierno homenaje: "Pero mi verso es tan bello/ que deja amplios cariños/ a las niñas y a los niños/ para quienes sí me alcanza/ el caudal de la esperanza/ con abundantes aliños" estrofa 14). Nótese que al tono melancólico se unifica una actitud positiva, como ocurre en la estrofa final: "Pero dejo sin embargo/ en el túnel una luz".  Antes ya se ha emitido un lamento:  "Con semejante inventario/ de sucesos e ironías/ salgo por todas las vías/ huyendo de este escenario" (estrofa 18).

   Otro aporte de la obra es que se echa una mirada a la violencia en otros lugares del planeta;  saltando hábilmente desde el ámbito nacional a lo foráneo:  "No se apiadan del anciano/ ni soportan mi esqueleto/ me despiden por decreto/ como a cualquier ciudadano. / Dejo mi derecho humano/ aunque mi cruz no se alivia/ y me conduelo de Libia/ donde el odio entronizado/ muchas vidas ha cobrado:/ "no matar dice la Biblia" (estrofa 17).

   Felicitamos a Julio Micolta por su permanente presencia en las Letras ecuatorianas.

                                                                                               Daniel Calero Solís  
                                                                                                                     
Fuente: Diario El Universo, sección "Gran Guayaquil", enero 6/ 2012, pág. 8.

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