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miércoles, 17 de marzo de 2021

Dolores Franco: Su poesía amatoria y su narrativa

 

                    DOLORES FRANCO Y SU POESÍA AMATORIA 


                         AMOR Y DESAMOR 

                                             Dolores Franco Chiluiza 

                                19 de febrero de 2021 

 

Qué sentimiento avasalla más nuestros sentidos?  

El amor, el desamor, el orgullo o la soberbia? 

están acaso ellos inmersos en el mismo torbellino? 

 

El amor correspondido nos hace estallar de alegría   

 nos envuelve una magia, parece que hasta el sol nos sonríe, 

la imagen de ese ser único, por doquier nos persigue, 

somos amos del mundo, capaces de vencer lo imposible. 

 

El desamor es heredero directo del amor frágil 

como cristal roto en mil pedazos, 

cuyas aristas nos perforan el alma, 

nos vuelve taciturnos, hasta nos molesta respirar 

la vida ya no tiene sentido, 

el mundo a cada instante se acaba… 

 

Cuando sentimos amor,  

habrá momentos de desamor,  

 soberbia inconfesable, 

impotentes al no mirarnos   

en aquel ser reflejados. 

 

Entonces, el amor se convierte en orgullo irracional  

y soberbia, ante el rechazo  

de mil formas disfrazado 

percibido como, tal o imaginado.  

Juramos nunca retornar  

este camino ya truncado. 

Pero ¡no! …, Con profunda FE SÍ SE PUEDE 

tomar esos trozos de lo bueno,  

borrar las aristas, aquello que nos hirió 

Unirlos, unirlos y no habrá cicatrices, 

quedarse con lo vivido, lo bello. 

 

¡Bendito amor!…

Es mejor 

de la vida aspirar el néctar de ilusiones sublimes…



                                        ¡TENGO MIEDO!                      

Dolores Franco Ch.

Quito, 23 de enero de  2021

                       

Tengo miedo que algún día al despertar

no pueda reflejarme en  tu rostro,

que tu sonrisa se convierta en reproches

del insomnio  en las solitarias  noches,

que  la muerte celosa, de mi lado te arranque

y el latir de tu pecho ya  no pueda escuchar.

¡Tengo miedo  no asir  tu mano  en el camino a la Eternidad!


NARRATIVA:

                                 PETIT, EL PAJARITO COJO

UNA HISTORIA EN LA GRAN CIUDAD

                                                        Dolores Franco Chiluiza

                                                          Quito, 21 de enero de 2021


                                 PETIT, EL PAJARITO COJO

UNA HISTORIA EN LA GRAN CIUDAD

                                                        Dolores Franco Chiluiza

                                                          Quito, 21 de enero de 2021

Ustedes pueden imaginarse una ciudad con muchos habitantes, incesante  ruido de los automotores, gente presurosa para ir al trabajo, a los estudios o de compras; una ciudad  donde hay pocos árboles, donde  las aves difícilmente pueden hacer sus nidos,  poca comida y  la gente no tiene tiempo para detenerse a mirar los escasos árboles.  Allí comienza nuestra historia, en un barrio con mucho bullicio, en una casa que por suerte hay tres árboles: una palmera, uno de aguacate, uno de taxo y un jardín.   Alexandra, una señora amable de mediana edad, vive en una amplia casa, que por la pandemia del Covid 19, ha tenido  que  realizar  teletrabajo.  Una mañana, con sol  radiante,  se dio cuenta que   un pequeño pajarito entraba a su casa  porque las puertas estaban abiertas para mejorar la  ventilación. Sus trinos  le llamaron la atención y trataba de ubicarlo, pero  él volaba  muy rápido con temor, tratando de encontrar la salida; tropezaba con los vidrios de las ventanas, pues se confundía porque eran muy transparentes; desesperado intentaba una y otra vez  salir sin ningún resultado; de tal manera que  Alexandra prefirió salir del aposento para que él se tranquilizara y buscara la salida.

El  jardín de  la casa con flores  multicolores no era lo que el pajarito  deseaba, él  quería entrar a la casa. Les digo cómo  era su apariencia: muy pequeño ,  de plumas negras  y amarillas,  pequeña cola, ojos negros brillantes, muy nervioso, entraba a la casa..., ¿a buscar qué?  ¿Qué significaba aquella actitud? ¿Acaso le faltaba agua o comida? Alexandra  decidió  ponerle un nombre, lo llamó   Petit (pequeño, en idioma francés). También creyó conveniente dejar migas de pan  cerca a la puerta. Así pasaron  los días, hasta que Alexandra se dio cuenta que  Petit había traído  otro pajarito. Era  su novia. Lo cierto era que  compartían la comida amigablemente.   Pero..., ¡OH, sorpresa!,  las palomas del barrio llegaban por montones y en un santiamén se comían todo, hasta se peleaban entre ellas. Petit desde lejos contemplaba con pena que  no dejaban nada para él  y  su novia. Así pasaron días hasta que Alexandra se quedaba mirando escondida  y se dio cuenta del problema. Por eso dejó comida dentro de la puerta, cerca de la salida. Petit,  muy tímido, se acercaba mirando que nadie estuviera allí. Entraba muy despacito, comía aprisa, llevaba comida en su  garganta, ¿adivinen para quién? ¡Pues claro..., para  su novia!;  pero una paloma entró intempestivamente, lo picoteó y se apoderó de la comida. ¡¡Qué barbaridad!!. Petit era muy pequeño y no podía defenderse. Cuando Alexandra, al percatarse de esta injusticia, espantó a la paloma y Petit al no poder salir  por el miedo, brincaba y brincaba; entonces Alexandra notó que sólo tenía una sola patita. ¿Qué le había pasado?. ¿La perdió porque algún otro animal  lo había golpeado?, tal vez..., ¿una infección?  o más aún..., ¿había nacido así?  Era un pequeño discapacitado. Alexandra optó por hacer un hueco en la puerta para que los dos pajaritos pudieran entrar y comer lo necesario sin problemas.  Ya eran amigos de Alexandra, a tal punto que cuando ella  caminaba por el jardín, Petit y su novia trinaban, (a manera de saludo) o cuando ella tenía que salir de compras, también la saludaban.  Petit y su novia ya no le temían.

Se acercaban confiados, las palomas tuvieron que  alejarse y comprender que no podían golpear a los más pequeños. Había surgido una linda amistad entre Alexandra, Petit  y su novia. Es más, Alexandra nunca pensó encerrarlos en una jaula, porque  prefería verlos  volar libres; para eso DIOS Y LA NATURALEZA LES HICIERON SUS ALAS…

  

Dra. Dolores Franco Chiluiza

Doctora en Medicina, especializada en Alemania. Escribe poesía y cuento. Ha participado en el I Encuentro Internacional de Escritores “Caminantes de las Letras y la Paz”. Obtuvo reconocimiento como Distinguida Visitante Al Mérito Literario, otorgado por la Alcaldía de Daule. Dirige un grupo cultural de exbecarios de Alemania. Integra el Taller de Escritura Creativa “El árbol del bien y del mal”, dirigido por el escritor y crítico de arte Daniel Calero.

 


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