sábado, 26 de diciembre de 2020

TALLER LITERARIO "EL ÁRBOL DEL BIEN Y DEL MAL"

Centro Cultural Ecuatoriano

Medardo Ángel Silva /

Ecuador Literario y Artístico

Guayaquil - Ecuador

                 2020 


    El taller literario "El árbol del bien y del mal", dirigido por Daniel Calero Solís, presenta las creaciones en los géneros de poesía y cuento. Los autores tienen distintas profesiones y uno es estudiante universitario.

(Microcuento)

EL SALTO

    Estaba a punto de lanzarse por el puente. Esta vez no había nadie para aplaudirlo ni cuerdas elásticas que lo regresen a la vida antes que se impacte de frente con la dura superficie del río. Lloraba desconsolado y sus lágrimas salían despedidas a los extremos de su rostro por las fuertes ráfagas de viento. Apenas podía sostenerse, empujado por la pena. Bastaba solo con soltarse y todo llegaría a su fin, pero qué había pasado con Roberto, dueño de una fama y fortuna envidiable y una esposa singular que siempre lo ha amado o...,  ¿tal vez no…?

Una semana atrás, Roberto recibió la visita en su mansión de Antonio, el primo de Margarita, su joven y bella esposa. Antonio y Margarito siempre fueron muy unidos; desde su infancia vivían en el mismo barrio y toda su niñez hasta su adolescencia compartieron los mejores momentos, hasta se rumoreaba que terminarían casándose, rumor que un día llegaría a oídos del celoso Roberto que ya había conquistado el corazón de Margarita y logró con firme sutileza apartarlos para siempre al marcharse lejos a vivir con su esposa.

La llegada de Antonio revivió en Roberto los celos que hibernaban en su mente, solo bastó un abrazo, una inocente caricia o un beso de hermano a Margarita para que Roberto desatara todo ese odio reprimido por tantos años, que derivó en un asesinato muy bien planificado; pero como no hay crimen perfecto, Margarita se enteró de la canallada de su esposo y decidió dejarlo para siempre. Sin embargo,  Roberto sabiendo que no podría vivir sin ella le ruega que lo perdone y no le abandone; ella con los ojos como platos nunca pudo responderle, hasta que él terminó de estrangularla.

Roberto subido al puente llora desconsolado por esos asesinatos...  

                                                         Eduardo Calero Alvarado

Guayaquileño. Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Bachiller en Artes Plásticas. Guionista de televisión; por lo cual ha sido premiado. Escribe obras de teatro. Se desempeñó como catedrático en la Facultad de Comunicación Social (FACSO) de la Universidad de Guayaquil.

                                           *            *            *            *            *           *            *

(Poesía)        

         TIERRA VERDE 

El ser humano heredó la Tierra

la parceló y reacomodó.

Pregonaba: ¡Verde, te amo verde!

¡El eslogan quedó en pregón!,

muchos no lo entendieron,

otros ... ni lo escucharon.


Citadinos y rurales al cemento priorizaron,

prados, ríos y mares contaminaron.

La posada obsequiada al hombre

¡enmudecía!, ¡entristecía!

¡Ya no se oía la consigna!


El agua, la fauna y la flora se destruían.

El sol era testigo.

La luna estaba aún adormecida,

el aire era un humo voraz,

el dióxido de carbono se extendía más.


Las dimensiones del mundo cambiaron

y el ser humano en su zona confort y arrogancia

vivía casi en abundancia.

De pronto..., un bicho importado

inundó al mundo y sembró horror,

enfermedad, muerte y dolor.


El tiempo suspendió su caminar

y el ser humano se tuvo que enjaular.

Buscó a Dios, buscó la ciencia.

Volvió a pestañear el poder del amor

y se abrazó a la vacuna de la esperanza.


La Tierra se vistió de fiesta

y se tomó meses de siesta.

Prados, llanuras y aire se llenaron de alegría;

junto a los mares bailaron de noche y de día. 

El ser humano reconoció

lo que la Tierra reclamó:

su potestad y equidad,

su paz y verdad.


El equilibrio natural abrió el telón

a la sin igual sinfonía de la creación.

¡Verde, te amamos verde!

                                          Rodolfo Pinzón Bravo

   Nacido en Zaruma, provincia de El Oro. Doctor en Ciencias de la Educación. Fue catedrático de Literatura Infantil en la Universidad de Guayaquil. Se desempeñó como supervisor en la Dirección Provincial de Educación del Guayas (Ministerio de Educación). Ha publicado los ensayos pedagógicos: "Formemos niños lectores", "Juguemos a leer", "Ejercicios de Escritura Básica" (volúmenes 1, 2 y 3) y literatura para niños: "Poemitas y rimas infantiles (2012). Profesor de los niveles preescolar y primaria,  director en la Escuela de Capuchinos "Liceo Santa Ana".  Fue jurado de las distintas ediciones del Concurso Iberoamericano de Ortografía - Capítulo Ecuador "Escribir Correctamente".  

                                      *            *            *            *            *           *            *

(Cuento infantil)

Bella y su abuelita

            Una niña vivía en los campos cercanos al palacio de Las Maravillas. Su abuela, una viejecita de cabello canoso y largo que se lo recogía con una vincha de cuero, atendía diariamente a su nieta: alimentándola bien, cuidándola, manteniéndola arreglada con ropa suave de hilo, de colores tenues como el amanecer, que irradiaban el rostro bonachón de su abuela.

            Su nieta, cuyo nombre era Bella, se despertaba temprano en las mañanas, para poner alpiste a los pajarillos que revoloteaban con chispeantes colores que se reflejaban en el agua de la laguna como luces resplandecientes. En la comarca se comentaba que ese día el príncipe andaba de paseo con sus dóciles pajecillos.

            Conversaban. La abuela le indicaba cómo debería preparar los alimentos del día a día y el cuidado que debía tener en ello. Le explicaba suavemente cómo debía recortar la corteza de las patatas  y que lo hiciera con mucha dedicación;  lo cual la jovencita lo hacía de tal manera, que su abuela se contentaba mucho de saber que su nieta había aprendido lo que serviría en un futuro, cuando ella tuviera su hogar. 

            De repente, apareció un joven elegante y con buenos modales a solicitar un vaso de agua. La viejecita lo hizo pasar a su casa de campo. Cuando el joven entró se quedó asombrado de la belleza de la joven. Comenzó a dialogar con ella;  captó su espiritual y natural forma de ser, lo cual hacía que la admirara más.

            Mientras ella en ese momento retiraba la corteza de unas patatas, él le comentó suavemente: “Eres una dama como ninguna y el modo en que realizas tus quehaceres hará prosperar cualquier hogar, al no desperdiciar los frutos obtenidos de la tierra... Te pido que seas mi esposa”. Luego, se despidió.

            Cuando ella se enteró que se trataba del príncipe, lloró de alegría y sus lágrimas se fueron transformando en hermosas perlas que luego adornaron su delicado cuello. Su abuela no salía del asombro y muy animada acompañó a Bella hasta el palacio donde el príncipe la presentó a sus padres, explicándoles que en ella había encontrado todas las virtudes que debe poseer su futura esposa, que ella sería una gran reina y que sería la prosperidad del reino.                                           

                                                             Isabel Calero Solís

     Guayaquileña. Doctora en Medicina. Cirujana pediátrica (Universidad Católica de Santiago de Guayaquil). Cirujana cardiovascular. Es la primera mujer en Ecuador especializada en estas dos clases  de cirugía. Representó al Ecuador en el programa educativo-cultural "La justa del Saber" (Buenos aires - Argentina). Obtuvo un reconocimiento a su trayectoria en las Ciencias Médicas en México (2019). Es pianista (graduada en el Conservatorio Nacional de Música "Antonio Neumane"). Ha ofrecido conciertos de piano en distintos auditorios del país. Preside la Sociedad Sudamericana de Cultura "Agustín Calero Haro".  

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(Microrrelato)              

                             El viejo árbol de tamarindo

    Con Alberto jugábamos, encaramados por el tragaluz del tumbado; mirando a contraluz el viejo árbol de tamarindo, estirando las manos...; no para alcanzar luceros. Queríamos saborear los robustos tamarindos en forma de globos encadenados. Se rompió la rama y salimos corriendo escaleras abajo para recoger el fruto agridulce y saborear el exquisito manjar. 

    Nos alcanza la noche corriendo de regreso a casa...,pues recordábamos la leyenda de la viuda del tamarindo, narrada por nuestra abuelita Zoila Rosa Polo Méndez. en la casa, al fin, repartíamos los frutos de nuestras aventuras a nuestros hermanos. ¡Lindos tiempos!, ¿verdad?

                                        Gabriel Calero Solís

         Guayaquileño. Máster en Comunicación y Desarrollo. Licenciado en Comunicación Social. Artista plástico y publicista. Fue catedrático y subdirector en la Escuela de Publicidad de la Universidad Laica "Vicente Rocafuerte" de Guayaquil. También fue profesor de Publicidad en la Universidad de Guayaquil, Facultad de Comunicación Social (FACSO).

martes, 20 de octubre de 2020

POETAS Y CRONISTAS CANTAN A GUAYAQUIL

 

POETAS Y CRONISTAS CANTAN A GUAYAQUIL 

      Guayaquil: Ciudad de cerros, del río Guayas y del estero Salado. Ciudad dinámica, entusiasta, cálida y emprendedora. Puerto importante, progresista y de tardes visitadas por las brisas del golfo. Esta es mi ciudad. Por ello, con orgullo le rindo homenaje en esta fecha en que se celebra el Bicentenario de su independencia.

         Guayaquil, urbe altiva donde Simón Bolívar y San Martín se entrevistaron para forjar una América libre. Ciudad en que nació el ruiseñor Julio Jaramillo para cantarle a su patria y al mundo. Ciudad de poetas, como el eterno Medardo Ángel Silva, recordado por el poema “El alma en los labios”.

         Aplaudo a Santiago de Guayaquil: vergel de alegría verdor y trabajo. Y entono su himno, cuya letra es de autoría del venerable José Joaquín de Olmedo. Yo camino por sus calles y avenidas observando casas de antaño y edificios con tendencias contemporáneas.

            El 9 de octubre de 1820 fue realmente un hecho de independencia de la colonia española; no fue sumisión. Es una fecha histórica clave. No se equivoquen algunos historiadores. 

         Loor a Guayaquil y a su gente. 

Daniel Calero Solís


Vista panorámica del malecón "Simón Bolívar", de Guayaquil

Foto: https://turismoguayaquil.wordpress.com/fotos-guayaquil/ 



FRANCISCO PÉREZ FEBRES CORDERO



GUAYAQUIL EN EL RECUERDO

Guayaquil, para amarte
es necesario haberte conocido
largamente, mirándote
con los ojos del alma.

Haber caminado tus veredas
paso a paso
en el día o en la noche
esquina tras esquina
ventana tras ventana

Haber seguido
con los libros de estudio bajo el brazo
y el corazón suspenso en un suspiro
a una colegiala
hasta la puerta misma de su casa

Apagado la sed con un raspado
mentarosanaranjatamarindo
hielo desmenuzado
entre resecos labios

Jugando fútbol en tus calles
esquivando rivales y automóviles

Haber cantado una canción romántica
a una oscura ventana
tras la cual no sabíamos siquiera
si se nos escuchaba

Haber saboreado
después de una jornada de cuarenta
o de estudios quizá o de una fiesta
una taza de humeante chocolate
y un sánduche de queso derretido
cuyo sabor aún vive
en un sitio secreto de la mente



y sabemos
sabemos con certeza que ya nunca
se volverá a probar algo mejor

Haber oído
tus antiguos pregones
Admirando ventanas y balcones
de lujoso enrejado
llenos de frescas flores
Escuchando la lluvia repicando
en los techos de zinc
Haber seguido al hombre de los zancos
Saber quién era pirulí
o quien maría palito
Haber visto la luna
emerger de la ría
haber sentido el fresco
de tus amplios zaguanes
Haber corrido tras las motobombas
al sonido primero de la antigua sirena

Haber considerado
que una esquina o un barrio eran muy nuestros
defendiendo y cuidando
estantes y ventanas
paredes y jardines
y sobretodo hermanas y vecinas
en una ya casi olvidada
unión comunitaria

Haber subido
tus hoy cortados cerros circundantes
en busca de ciruelas
o nadado en las entonces límpidas
aguas del fresco estero
o haber dado cien vueltas los domingos
en el american park inolvidable

(seaglomeranseentrevean
los añejos recuerdos:
                    trompos pepo cometas
                    blanca salvador/mercedes de ortiz
                    matinés infantiles explosión de magnesio
                    traslados en tranvía
                    final de vacaciones: f. bravo/calero
                    blanca de murillo/ esperanza caputti
                    torneos de cintas
                    los domingos: rotonda
                                        fortich/ salón rosado
                                        eden o parisiana o aladino
                    etcéteras

Yo guayaquil te amo
más allá de todas las palabras
más acá de todos los recuerdos

Por eso duele tanto
ver que hay quieren te odian
y para hacerte daño se disfrazan
de políticos, estudiantes, ediles
y hasta de alcaldes
Te manchan te destrozan
te tratan de enterrar entre basura
se ensañan con tu estero tus cerros y tu ría
que debieron ser bellos como antaño
pero ellos convirtieron en espejos
de sus mentes y de sus corazones

Guayaquil para amarte
hace falta ser en verdad guayaquileño
alma adentro y de esos
quedamos menos cada día

Julio de 1984

Fuente: Poemas de ecuatorianos. Recuperado de: https://poemasdeecuatorianos.blogspot.com/2012/11/guayaquil-en-el-recuerdo.html



Francisco Pérez Febres Cordero

(Guayaquileño, 1934 – 2010)

Periodista y escritor guayaquileño. Fue redactor y director del diario El Universo. Promovió a nuevos escritores. 

Foto: Diario El Universo. (2010 / 08 / 31). Recuperada de: https://www.eluniverso.com/2010/08/31/1/1446/fallecio-francisco-perez-febres-cordero-II.html


                                 

JUAN BAUTISTA AGUIRRE


Décimas a Guayaquil

Guayaquil, ciudad hermosa
de la América guirnalda
de tierra bella esmeralda
y del mar perla preciosa,
cuya costa poderosa
abriga tesoro tanto,
que con suavísimo encanto
entre nácares divisa
congelado en gracia y risa
lo que el alba vierte en llanto.

Ciudad que por su esplendor,
entre las que dora Febo,
la mejor del mundo nuevo
y hoy del orbe la mejor,
abunda en todo primor
en toda riqueza abunda
pues es mucho más fecunda
en ingenios, de manera
que, siendo en todo primavera,
es en todo sin segunda.

Tribútanle con desvelo
entre singulares modos
la tierra sus frutos todos,
y su influencia el cielo;
hasta el mar que con anhelo
soberbiamente levanta
su cristalina garganta
para tragarse esta perla,
deponiendo su ira al verla
le besa humilde la planta.

Los elementos de intento
le miran con tal agrado,
que parece se ha formado
de todos un elemento;
ni en ráfagas brama el viento,
ni son fuegos sus calores,
ni en agua y tierra hay rigores,
y así llega a dominar
en tierra, fuego, aire y mar,
peces, aves, frutos, flores.

Los rayos que al sol repasan
allí sus ardores frustran,
pues son luces que la ilustran
y no incenDios que la abrasan;
las lluvias nunca propasan
de un rocío que de prisa
al terreno fertiliza,
y que equivale en su tanto
de la aurora al tierno llanto,
del alba a la bella risa.

Templados de esta manera
calor y fresco entre sí,
hacen que florezca allí
una eterna primavera;
por lo cual si la alta esfera
fuera capaz de desvelos,
tuviera sin dudas celos
de ver que en blasón fecundo
abriga en su seno el mundo
ese trozo de los cielos.

Tanta hermosura hay en ella
que dudo, al ver su primor,
si acaso es del cielo flor,
si acaso es del mundo estrella;
es en fin ciudad tan bella
que parece en tal hechizo,
que la omnipotencia quiso
dar una señal patente
de que está en el Occidente
el terrenal paraíso.

Esta ciudad primorosa,
manantial de gente amable
cortés, discreta y afable,
advertida e ingeniosa
es mi patria venturosa;
pero la siempre importuna
crueldad de mi fortuna,
rompiendo a mi dicha el lazo,
me arrebató del regazo
de esa mi adorada cuna.

                                       Juan Bautista Aguirre






                                                Juan Bautista Aguirre

Nació en Daule el 11 de abril de 1725. Estudió en el Colegio Seminario de San Luis de Quito. En 1758 ingresó a la Compañía de Jesús. Fue catedrático en la Universidad de San Gregorio Magno en Quito. Ejerció la oratoria religiosa. Obras: "Versos castellanos", "Obras juveniles", "Misceláneas", "Soneto moral", "Canto a Luzbel", "Carta a Lizardo", "Breve diseño de las ciudades de Guayaquil y Quito". También escribió epigramas, madrigales y poemas religiosos. (Datos biográficos tomados de: https://www.culturaypatrimonio.gob.ec/juan-bautista-aguirre/). 

Fuente: Poema "Décimas a Guayaquil" e ilustración. Busca palabra. Recuperado de:  https://www.buscapalabra.com/poema.html?titulo=D%C3%A9cimas%20a%20Guayaquil&iden=4696 



                                         PABLO HANNÍBAL VELA


ESTAMPA DE GUAYAQUIL (fragmento)

¡Guayaquil, Guayaquil, Pórtico de oro
que a la diestra del Guayas se levanta!
Tienes el alma del Cristal sonoro
con que vibras en todas las gargantas.

¡Guayaquil. Guayaquil, cómo penetras

en el subsuelo de tu historia ilustre

con las raíces de tus nueves letras,

como las garras del manglar lacustre!

 

Ciudad entre dos aguas inmortales

ciudad original como ninguna:

suena el oro del sol en tus portales

y con la noche, la plata de tu luna.

  

¡Oh, los cerros del Carmen y Santa Ana,

miradores perennes de tu historia,

que saben de tu ayer, de tu lejana,

dulce emoción de tu naciente gloria!

  

Esa es la estrella de octubre, la estupenda

la que alumbra el escudo de tu casa

es la estrella de la cívica contienda

que te sirve de emblema y de coraza.

     

Ciudad heroica de templados nervios,

de fuertes puños y marcial protesta:

tienes la tradición de los soberbios

y admirables impulsos de la gesta.

  

Ciudad del pensamiento y la energía,

fraternidad del músculo y la idea,

que rima con el cielo y con la ría:

el cielo piensa, la corriente crea.

  

Ciudad cosmopolita, hogar fecundo
entre dos aguas, marcos de tu casa:
el Guayas eres tú dándote al mundo;
y el mundo es el Salado que te abraza.

Ciudad querida de mi s dulces horas,

no detengas el ritmo de tu paso,

los pueblos como tú tienen auroras:

la vanguardia no sabe del ocaso.

 

¡Guayaquil, Guayaquil, Pórtico de oro
que a la diestra del Guayas se levanta!
Tienes el alma del Cristal sonoro
con que vibras en todas las gargantas.

 

 

                                        PABLO HANNÍBAL VELA ÉGÜEZ

                     Nació el 16 de enero de 1891. Estudió en la Escuela Filantrópica del Guayas y en el Colegio Vicente Maldonado, en Riobamba. Colaboró con diario El Telégrafo. Fundó el periódico "La Ilustración". El congreso Nacional del Ecuador lo designó:"Ilustre cantor de la Patria". Falleció el 5 de agosto de 1968. (Datos biográficos tomados del Diario El Telégrafo: https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/hemeroteca/1/grandes-plumas-pablo-hannibal-vela-egueez). 

                                Foto: Enciclopedia del Ecuador. Recuperada de:

            http://www.enciclopediadelecuador.com/wp-content/uploads/2016/04/Pablo-Hannibal-Vela.jpg


                                                  CARLOS ORDÓÑEZ JARA



Salutación a la Aurora Gloriosa

¡Salve, Aurora Gloriosa! Desde lo alto

A Guayaquil despierta de su sueño.

De pie, todos estamos esperando

El sol de libertad con que soñamos.

¡Bienvenida la Aurora que madruga

Sobre las ondas trémulas del Guayas!

Trae de más allá de las estrellas

La luz recién nacida de este día.

Con la Aurora Gloriosa, llave en mano,

La noche colonial queda cerrada.

Somos un pueblo nuevo que despierta

Blandiendo su bandera desplegada.

En este claro día de heroísmo

Para cantar no basta una garganta,

Ni un solo brazo para levantarla

Hasta el sitial de honor de nuestra historia.

Para todos hay puesto en la consigna

De enrumbar nuestros pasos adelante.

Cada guayaquileño es nueva savia

En las viejas raíces huancavilcas.

¡Salve, Aurora Gloriosa y refulgente!

Te esperamos de pie como se espera

De par en par abriendo las ventanas

Al sol de un nuevo día sin ocaso.



                                              

                                                    Carlos Ordóñez Jara

 Escritor y educador. Nació en Chordeleg - provincia del Azuay, el 4 de febrero de 1932. Autor del poemario Horas de luna y de canción y de Fantasía Guayaquileña. Homenaje al Bicentenario de la Independencia de Guayaquil. Licenciado en Filosofía (Universidad de Guayaquil). Ejerció el magisterio durante 33 años. Se desempeñó como profesor en importantes colegios. Ha compuesto varios himnos. 

Foto: Tomada de la contraportada del libro Fantasía Guayaquileña. Homenaje al Bicentenario de la Independencia de Guayaquil.



                                       DANIEL  CALERO  SOLÍS

  CANTO A SANTIAGO DE GUAYAQUIL

En este puerto, junto al gran río

yo nací un tres de enero, hace tiempo...

El estero Salado es aliento

y, de almas amantes, delirio.

 

Casas de madera y edificios

danzan entre iglesias y jardines.

Por el Guayas cruzan lechuguines

por el malecón corren los niños.

 

En Las Peñas la historia está en piedras.

Más allá el cerro Santa Ana juega

con colores del arcoíris riega

leyendas tejidas en ciruelas.

 

Santiago de Guayaquil, te canto:

Tierra de iguanas y papagayos

Tierra de bellas damas donde hallo

la alegría de admirar tu encanto.

 

                           Daniel Calero Solís

 

                     Fuente: http://expreso.ec/expreso/plantillas/nota.aspx?IDART=4858824&TIPO=2

                   Edición impresa:  25/JULIO/ 2013. DIARIO EXPRESO. Guayaquil 

   

                                                                Daniel Calero Solís 

(Guayaquil, 1962). Hijo de Agustín Calero Haro y Blanca Solís Polo de Calero. Estudió Literatura y Lengua Española en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, donde obtuvo el profesorado y en la Universidad de Guayaquil obtuvo la licenciatura en Ciencias de la Educación, en la especialización:  Administración y Supervisión Educativa. En esta universidad realizó el predoctoral en Ciencias de la Educación.  Fue director provincial de Cultura del Guayas (2003 - 2005) y jefe provincial de Educación Básica (2007 - 2012). Ha publicado: "La escalera de la imaginación", "Teorema del acaso", "El texto de tu piel", entre otras obras. Consta en antologías y libros de Literatura. Su poesía, cuento y crítica de arte han sido publicados en diarios y revistas. El Congreso Nacional le otorgó una Condecoración Al Mérito Educativo. Fue catedrático en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte, en la Universidad de Guayaquil, en institutos tecnológicos y colegios. . Poeta Distinguido (Unión Hispanoamericana de Escritores), Pluma de Marfil (Organización Mundial de Escritores). Primer premio en el Concurso de Cuentos cortos y Tercer premio en la Bienal Nacional de Relato (Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión"). Dirige el Centro Cultural Ecuatoriano "Medardo Ángel Silva". 


                   

JORGE MARTILLO MONSERRATE

        RECORDANDO A JOSÉ ANTONIO CAMPOS: JACK THE RIPPER

.- "Me contaba un campesino, amigo mío, que en su recinto se había desarrollado de una manera escandalosa el robo de ganado, y para ponderar la osadía de los cuatreros, decíame:

-Piense en una vaca.

-¿Cómo?

-Fije su pensamiento en una vaca del sitio Carrizal.

-Bueno, ya no está. Ya no está porque se la robaron cuatreros.

-Hombre, ¿del pensamiento se la han podido robar?

-Sí, señor, del pensamiento.

¡Así andan los tiempos!

Esta rústica hipérbole viene a mi memoria al tratar de la palanca.

-Piense usted, caro lector, en un destino vacante. ¿Pensó? Pues bien, ya lo palanquearon! -¿Del pensamiento?

-Así andan los tiempos".

 

Lo anterior se lee en Los que suben con palanca, una de las jocosas y críticas estampas de Cosas de mi tierra, de José Antonio Campos.

Él era Jack the Ripper. Campos, escritor y periodista, se hizo popular utilizando ese seudónimo cuando en diversos diarios, semanarios y revistas empezó a publicar sus crónicas costumbristas. José Antonio Campos Maingón, nació en Guayaquil el 10 de marzo de 1868.

Estudió en el San Vicente del Guayas, donde con un puñado de compañeros escribió sus primeras letras. Campos a los 17 años vivió una historia de amor que se convirtió en una travesía. Fue cuando se enamoró de Mercedes Morlás de tan solo 13 años. Su madre por la juventud de la pareja se opuso a la boda. Campos se embarcó de grumete en un barco que llegó hasta Japón -ese sería su único viaje al exterior-. Al regresar tuvo 18 años y nadie puede oponerse a su matrimonio, en el que tendría como fruto doce hijos: cinco varones y siete mujeres.

"Físicamente, José Antonio Campos era un hombre de estatura mediana, de aspecto casi teutónico, con ojos azules y cabellos rubios, un poco grueso tal vez", así lo describe su pariente Patricia Huerta Campos en la monografía Cultivadores del pasado y costumbres costeñas: José Antonio Campos.

También refiere que era amante de la carpintería y la música. Dormía en hamaca -jamás en cama-, ahí por la noche escribía a punta de lápiz, tinto y tabaco. Disfrutaba de la vida familiar. Gustaba viajar por el Litoral y balnearios como Posorja, Data y El Morro, donde conversaba con la gente del pueblo.

Así nacieron sus historias auténticas y divertidas con personajes montubios y cholos. Su vida periodística comenzó en 1887, cuando fundó el semanario humorístico de tinte político El Marranillo, luego colaboraría y trabajaría en diversos medios impresos como: Diario de Avisos, Grito del Pueblo, El Cóndor, El Tiempo, El Independiente, El Guante, América Libre, El Telégrafo, El Globo Literario, El Grito del Pueblo Ecuatoriano, Gaceta Municipal, etcétera.

En Diario EL UNIVERSO se desempeñó durante ocho años y medio como jefe de Redacción y editorialista, culminando ahí su larga y valiosa carrera periodística. La novela Dos amores fue el primer libro que publicó, luego vendrían: Crímenes de Galápagos; Crónica del Gran Incendio. En 1906 y 1907 publica el primer y segundo tomo de Rayos Catódicos y Fuegos Fatuos, ambos libros recogían sus mejores crónicas publicadas en diversos diarios y revistas.

En el prólogo, Campos cuenta que en la redacción de El Grito del Pueblo fue donde empezó a escribir sus crónicas picantes, un género casi no cultivado para entonces en Ecuador, pero como agradó al público, creó la columna 'Rayos Catódicos' y también nace su seudónimo: "Quiso la desgracia humana que por aquel estuvieron haciendo fechorías en Londres el famoso destripador anónimo a quien fue preciso dar el mote de Jack the Ripper de allí me vino la idea de darle el sentido figurado al pie de mis artículos.

Antes había suscrito mis crónicas con las iniciales de mi nombre en esta forma: Jack. No mucho me faltaba que agregar y acabé por suscribirme Jack the Ripper. Sus otros libros de crónicas son: Cintas alegres; y Cosas de mi tierra.

Francisco Huerta Rendón en el ensayo Don José Antonio Campos, abuelo espiritual de la novela vernácula ecuatoriana, 1958, señala que uno de los grandes logros de Campos es que sus crónicas inauguran una nueva cantera de humorismo y sana ironía.

Y, a manera de muestra, enumera los remedios que emplean los personajes campesinos de Campos, por ejemplo: manteca de gavilán para las almorranas; sebo y pucho de cigarro para la gusanera; cucaracha quemada a pasto para la "purmonía"; uña de la gran bestia para el mal de amores; canchalagua para las calenturas; culantro, culantrillo y pedorrera para los políticos, etc.

"Por eso tuvieron razón, muchísima razón, los escritores del Grupo de Guayaquil, al llamarlo su abuelo espiritual, al comprender que Jack the Ripper, sin alardes, sin estridencias, burla burlando, había descubierto el alma de su pueblo tropical; había calado muy hondo en la psicología de estos seres tan nuestros", asevera Huerta Rendón.

La semana pasada conversando con su nieto, Federico Campos Cedeño, él comenta que no lo conoció porque él tenía un año cuando su abuelo murió, pero sus padres con anécdotas y recuerdos familiares le mantuvieron latente el interés y la presencia de su abuelo.

Cuenta que de papá Campos -como le decían sus nietos-, él admira su modestia y sencillez, también que cuando critica a los personajes poderosos "José Antonio Campos no se indigna ni grita ni protesta, pero en broma y broma, entre chiste y chiste, el teniente político, el gamonal, el cura, etc, van quedando marcados, tatuados en su característica fisonomía moral".

José Antonio Campos se desempeñó como jefe de Redacción de Diario EL UNIVERSO entre octubre de 1930 hasta julio de 1938, que fue cuando se jubiló. Ismael Pérez Pazmiño, fundador del Diario, en Poliedro Literario recuerda al célebre cronista: "La charla de don José Antonio era un encanto por su amenidad, sencillez, variedad y gracia. Todos los asuntos que tocaba resultaban pintorescos, sabrosos e interesantes".

José Antonio Campos, ya jubilado se instaló con su familia en Posorja, donde esperaba escribir algunos libros postergados, así lo hace hasta que enferma y muere el 23 de junio de 1939. Él era Jack the Ripper.

Fuente: Diario El Universo. Recuperado de:

https://www.eluniverso.com/2012/06/30/1/1380/recordando-jose-antonio-campos-jack-the-ripper.html

 
                                             JORGE MARTILLO MONSERRATE

    Foto: https://www.eluniverso.com/entretenimiento/2019/12/11/nota/7641731/trabajos-jorge-martillo-maac

(Guayaquil, 2 de mayo de 1957). Poeta, cronista y ensayista. Hijo de Jorge Martillo Vinueza, operador de proyectores de cine, y de Jacinta Monserrate Saldaña.  Desde 1975 ha trabajado en medios de comunicación, como los diarios Expreso y El Universo y las revistas Diners y Elite, donde trabajó como cronista de hechos cotidianos. En una entrevista con uno de estos medios, se consideró "ser una especie de cámara fotográfica que imprime todas las visiones que pasan desapercibidas por comunes y propias". Sus trabajos son postales costumbristas en las que usa guayaquileñismos. Previo a estos empleos, se desempeñaba como docente de un colegio fiscal en Guayaquil.

Ha ganado premios en el Concurso de Poesía Medardo Ángel Silva de Guayaquil (1979-1984), Concurso de Cuento Revista Ariel Internacional (1982), Concurso de Poesía del Festival de las Flores y de las Frutas de Ambato (1986), Premio Aurelio Espinosa Pólit (1991), tercer lugar en el Concurso Nacional de Poesía Ismael Pérez Pazmiño (1996),  entre otros.

En 2013 lanzó su libro de crónicas irrelevantes Guayaquil de mis desvaríos, donde da importancia a cosas mínimas cotidianas, como todo lo que sucede mientras el semáforo está en luz roja y los carros se detienen, los vendedores deambulan, los mendigos piden caridad, etc. En 2017, Martillo publicó un libro recogiendo cincuenta historias de varios artistas y personalidades que han dejado huella en Guayaquil.

Obras: Poesía: Aviso a los navegantes (1987), Fragmentarium (1991), Confesiorarium (1996), Vida póstuma (1997).; Crónicas: Viajando por pueblos costeños (1991), La bohemia en Guayaquil y otras historias crónicas (1999), Guayaquil de mis desvaríos (2013)., El carnaval de la vida de Julio Jaramillo (2019); Antologías: Palabras y contrastes: antología de la nueva poesía ecuatoriana (1984), La palabra perdurable (1991).

Fuente: https://www.wikiwand.com/es/Jorge_Martillo

 

KLEBER QUIROZ QUINTO

 

       Soneto octubrino

Dios quiso un paraíso duradero:

y te hizo soberano entre manglares.

Monarca litoral del astillero.

Mosaico de alegrías y pesares.

 

Garganta de aquel grito verdadero

vertido por patriotas y juglares.

Oasis del nativo y del viajero.

Heraldo de victorias ejemplares.

 

Dios quiso que surgieras. Pese al cruento

pasado de incendiario firmamento

que hirió de cuando en cuando a tu costado.

 

Guayaquil, tu hidalguía y  entereza

se extienden más allá de la grandeza

que emerge desde el Guayas y el Salado.

 

                   (Octubre, 2020)

              Kléber Quiroz Quinto

 



Kléber Enrique Quiroz Quinto (Guayaquil). Autor de poemas y microcuentos. Magister en Tecnología e Innovación  Educativa, en la Universidad Casa Grande, donde le otorgaron la condecoración Cum Laudem. Licenciado en Lengua Española y Literatura (Universidad Técnica Particular de Loja). Profesor de Educación Primaria (Instituto Pedagógico Rita Lecumberri). Diplomado en Diseño de Proyectos Académicos Virtuales (Pontificia Universidad Javeriana - Bogotá). Ha sido docente en escuela, colegio y universidad. Ha desarrollado procesos formativos para docentes. Se desempeñó como técnico pedagógico durante más de seis años. Tiene experiencia en investigación cualitativa. Asesor de tesis. Docente de Redacción Académica (Universidad Casa Grande - 2020). 


                   PIEDAD ROMO - LEROUX

                          A GUAYAQUIL

        Ciudad de ensoñación,  ciudad de mil grandezas,  

        hecha de sol, de mar, ritmo, danza, canción,

        eres símbolo vivo de valor, de nobleza,

        de la Patria, su alma, impulso y corazón.

 

        En el “Cerrito Verde” se marcó tu destino

        y se inició la ruta cuajada de belleza,

        de bohemios, juglares, errantes peregrinos,

        enamorados fieles de tu gentil realeza.

 

        Rumorea la ría, susurrando en el viento,

        al fulgor de la noche de estrellas errabundas,

        que el crepúsculo baña con su sutil aliento,

        cargado de caricias, con su grácil acento,

        dejando entre sus aguas tranquilas y profundas,               

        este misterio etéreo, febril, de lo que siento.

 

                                   María  Piedad Romo - Leroux Girón

                                               (Psiquiatra y Escritora)



                                                 Piedad Romo-Leroux  

                                          Foto: facebook.com (2020)


               Soneto a Guayaquil

En tu cintura grácil y elegante

se desliza el estero majestuoso

y a tu paso gentil y cadencioso,

el sol se inclina con fulgor de amante.


Reflejo que en su brillo parpadeante,

encubre algún secreto misterioso

y el tiempo, cual testigo silencioso,

es cómplice en su rumbo itinerante.


Encallado en tu fondo marinero,

en el verdor del mangle con esmero,

se encrespa el agua repicando sones,


mientras tu abrazo pródigo y sincero,

es un dintel de luz, es un mechero,

entre la multitud de tus pregones.



                                                  Foto: Cortesía de la autora.

La doctora  Piedad Romo – Leroux es psiquiatra, escritora y catedrática. Graduada en Moscú en 1968; obtuvo el Diploma Rojo Cum Laudem como la mejor graduada de su promoción. Médica Psiquiatra, especializada en Psiquiatría Infantil. Médica Jefe de la Unidad Infantil en el Hospital Psiquiátrico Lorenzo Ponce (1970 - 2008). Perito-Psiquiatra por el Ministerio Público de las Provincias del Guayas y Galápagos (2005 – 2015). Catedrática de: Psicopatología y Psiquiatría Clínica de la Escuela de Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas en la Universidad de Guayaquil (1970 – 2011). Psiquiatría Infantil, en el Postgrado de Psiquiatría de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil y Universidad de Guayaquil (1995-2000). Teoría el Arte, Ética y Comportamiento Organizacional, Psicología General, en el Instituto de Ciencias Humanísticas y Económicas de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (1991 - 2005). Higiene Mental, niños irregulares, Neuropsiquiatría (Universidad de Guayaquil, 1969-1971). Psiquiatría del Niño y el Adolescente, Psicología General, Higiene Mental, Neuroanatomía, en la Escuela de Psicología de la Universidad Técnica de Babahoyo (1979 - 1994).

Es socia de la Agrupación Nacional de Literatura Infantil “GIRÁNDULA” y es considerada una de las más reconocidas autoras de poesía y narrativa infantil.

Fuente: https://www.drapiedadromo-lerouxgiron.com/resume.html


            ÁNGEL EMILIO HIDALGO y WILMAN ORDÓÑEZ

"... A partir de 1948, la fiesta montuvia es incluida en el marco de la Feria Exposición Pecuaria Avícola, que se desarrolla en la sede de la Asociación de Ganaderos del Litoral, al sur de la ciudad, en los terrenos del actual mercado de Caraguay. Luego de los remates de ganados bovinos, equinos y porcinos, y de las maquinarias destinadas a las labores agrícolas y pecuarias, se desarrolla el homenaje al montuvio y al Día de la raza y del agricultor, en el que se incluye, entre otros actos, el concurso de doma de potro" (El Universo, 1951).

En la década del 50, la Fiesta de la Raza, de la Feria Pecuaria-Avícola, se sienta en el gusto de los guayaquileños. En 1952, la prensa recoge la cabalgata que recorre Guayaquil, desde el sector norte hasta el recinto ferial en el barrio Cuba, encabezada por las madrinas criollas, representantes de las provincias del litoral, que eran escoltadas por 50 jinetes, entre ganaderos y montuvios. Posteriormente se realiza una fiesta montuvia, en honor de las madrinas, en donde hay "doma de potros, concursos de lazos, torneos de amorfinos, entre otras suertes" El Universo, 1952).

    (Tomado de: Hidalgo, Ángel Emilio y Ordóñez, Wilman  (2019). Jinete lazo y monta. Historia del rodeo montuvio en Guayas. Guayaquil: Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Guayas, p. 55).