martes, 30 de diciembre de 2008

TEXTOS LITERARIOS

SANGRE MÍA



A mis hijos David Leonardo

y Darío Gabriel




Tristes compases

revientan mi espíritu.

¿Dónde estoy, madre?...

Hermanos míos, ¿existo?...



Sangre mía

-ríos conceptuales y sensitivos-

por ustedes persisto

en laberintos

tejidos en el tercer planeta.



Entonces sonrío

cuando a las escondidas

jugamos.



La bondad

emerge con ternura

entre abrazos y canciones.

Daniel Calero Solís

(Dic. / 2008)





No

olvides

reír,

amada noche.

Daniel Calero Solís

(Dic. / 2008)



Yo también

la conocí

a través de vientos

noctámbulos

días y noches

suspendidos en el gong

agigantándose en silencios.



Daniel Calero Solís

(Dic. / 2008)



ARCO IRIS DE NOSTALGIA



...la luz entre la montaña

va muriendo

y el sol deja de ser sol

energía

ya no estás

cómo extraño campanadas

serpentinas

risas y aleteos

niños de alegres rostros

dónde está la vida

el abrasar de nuevos días

entrecruzándose

arco iris de nostalgia

bambúes, piedras, zampoña

iguanas taciturnas, abejas, rocío

entiendo

ha muerto mi sonreír

ya no estás aquí

columpios solitarios chirrían mientras el óxido me recuerda

lo fatal de cada albor siniestro,

¿quién es el dios venerado?,

¿cuál es la verdad constante?,

¿qué es lo eterno?,

¡adiós!...,

solo me alejo

del río grande, del estero y las almejas...

Daniel Calero Solís

(2008)

*** *** ***

EL ROSTRO DE DÍA
A Cuba,
en donde cada mujer es una Isla.


I

Voy a hacer un rostro:
Una forma en español donde el deseo mande,
Un espejop en forma de hembra en donde ver a una mujer;
El olor del viento es la única materia que preciso
Y una lenta cabellera acompasada con el aire.

II

Porque todos caewremos en la noche
Y entraremos en la lentitud para entender la prisa;
Porque todos perseguimos la mirada
Que nos muestra en dónde está la soledad:
Voy a hacer un rostro.

III

Trazaré unos ojos con las cosas que imaginan las mujeres sobre el cielo
Y pondré unos labios sobre todas las
blasfemias innombrables del infierno,
Situaré su frente por encima de todo lo posible
Y armaré sus dientes sobre todo lo sagrado.

Y diré, diré que allí yacen los héroes,
Allí donde el perfil se anuncia,
Allí, donde el poema acaba.

Cristian Avecilas
Mención Particular Concurso Global de Poesía Nósside, Italia, 2008


EL AGUJERO
Porque en las capas atmosféricas
la polución destruye los fluidos,
hace su aparición
el agujero.
Nos dicen que en los polos
el ozono se va quién sabe adónde
tragado por una inmensa espiral
abierta en el espacio como un túnel
que no conduce a nada.
Y con el ozono,
que es el estado alotrópico del oxígeno,
que a su vez es parte muy importante
del aire que todos respiramos
y del agua que alguna vez bebemos,
pues también el agujero
va tragándose y tragantándose
con lo poco que nos queda del ambiente
y de paso nos barre
y nos borra del planeta.
Quizás el único consuelo que nos queda
es que el agujero se tragará también
a los hombrecitos acostumbrados
atragarse a los demás;
y entonces, en medio de la tromba,
cuando seamos absorbidos codo a codo,
sabremos que la justicia
sólo podrá existir en la hecatombe.
Max Puertas Alarcón

SOLEDADES


Se me resume la vida
en medio
de tus silencios
colgados
en la punta de tu lengua
para despistar
verdades.

Agoniza la noche
sobre tu espalda
marchita,
inmóvil,
retraída
a este tiempo
de luz ajena.

De pensar
en soledades,
me vengo marcando
cruces sobre mi boca
para no pronunciarte
sobre los tallos
de otros ojos.

De pensar
en soledades,
te huelo
sobre el café mojado
de la media noche,
agrietando
tu ausencia penetrada.

Nancy Ancayay Leal
Primer Premio "I Concurso de Poesía Ileana Espinel"


EL MEJOR SUEÑO
I
Tuve un sueño,
el mejor sueño contigo:
te vi
y fue maravilloso.
II
Lucías como siempre: fascinante.
Tus bellos ojos eran ocultos por unas gafas negras,
la sonrisa en tus labios seguía intacta.
III
En mi sueño también me ignoraste.
Yo no existo para ti;
no me conoces, ni siquiera lo intentas.
Te he visto siempre, pero tú nunca a mí.

IV

Es tan frustrante conocerte

y que tú no sepas que existo.

Ahora no sé lo que siento:

será amor, una ilusión;

pues no lo sé,

pero sé

que ese fue el mejor sueño.

Ashley Guisado

¿POR QUÉ?

¿Por qué si el aire es gratis, nos cuesta vivir?

¿Por qué si el amor es inmenso, debemos sufrir?

¿Por qué si la amistad existe, el odio a los demás?

¿Por qué si caminar podemos, no lo hacemos?

¿Por qué si el cielo es azul, la noche es oscura?

¿Por qué si soñar es bueno, a veces ni dormimos?

¿Por qué si imaginar nos llena, preferimos discutir?

¿Por qué si reír da vida, muchos lloramos?

¿Por qué si es mejor desahogarse, callamos?

¿Por qué si es mejor la dicha, sufrimos más?

¿Por qué si adorar a Dios es paz, muchos pecamos?

¿Por qué si agradeceer podemos, renegamos siempre?

¿Por qué si juntos ganamos, preferimos separarnos?

¿Por qué?..., ¡quisiera saber!... ¿Por qué?...

Ashley Guisado

Segundo Premio "I Concurso de Poesía Ileana Espinel"



*** *** ***

CUENTO

Los sueños de Alexander

Alexander, un niño juguetón y gracioso, es la alegría de su madre. Llega a la escuela y al oír: "Baila Alexander, baila"; comienza a moverse como culebrita. En sus horas de estudio, a pesar de su cortísima edad -cuatro años- es muy atento y educado. En el recreo brinca y juega. Le encantan las canciones infantiles. Vive un mundo de felicidad y fantasía. Piensa que su casa es de chocolate, que los muebles son galletas de avena, que el agua que corre por los grifos es miel de abeja.

Al despertarse exclama: "¡Mamita, soñé con una casa de chocolate, quiero una!". "Cuando venga el abuelito se lo diré y la conseguirá". Llega muy contento a la escuela. Cuenta a los compañeros que su familia le dará una casita de chocolate y que compartirá con ellos aunque sea un pedacito. Los niños golpean las mesas y ríen. Entra, pues, la maestra. "¿Por qué tanta algarabía, niños?". Andresito, en su lengua mocha, le cuenta que Alexander les va a regalar pedazos de chocolate de su casa. Ella sonríe y comienza la clase. Cuando termina la jornada llegan al aula la madre y el abuelo Tomás llevando una casa de chocolate. Todos reunidos comparten la dulzura que brota de sus boquitas y ojitos. Alexander agradece a su mamá por aquella sabrosa sorpresa con un fuerte abrazo y un beso. Murmura: ¡Mamita, te amo!"; enseguida abraza al abuelo.

Llega la noche. El niño tiene otro sueño: Vivir en un país de arco iris. Al despertar dice: "Mamita, mamita...; ahora quiero que me regales un país de arco iris. Este es ahora mi nuevo sueño". Valentina exclama: "¡Este nuevo sueño puede que tarde en cumplírtelo...!". Más tarde le comenta a Domitila, su madre: "Tengo un nuevo sueño que realizar. Tú me hiciste una niña feliz y es lo que quiero para mi más grande tesoro. Cada amanecer él tiene un sueño...".

-¡Ay, Vale!, los apuros en que tú me ponías te está pasando con mi nieto, el soñador. Pues, ¡manos a la obra!; empecemos a hacer el país del arco iris feliz.

-Y..., ¿cómo lo haremos?

-Sin seguir el orden del arco iris. Lo vamos a formar usando el rojo para llenarlo de sonrisas; luego el amarillo será el color que más brille. Viene después el azul o quizás el violeta y le pondremos un poquito de travesuras. El verde será la calma. El anaranjado lo construiremos de abrazos. ¡Ah!, el celeste del cielo que aunque nos cueste lo dejamos sin envidia... Y el turquesa, dime tú querida hija, ¿con qué lo decoramos?...

-¿Qué te parece con un mar infinito de ilusiones?

Mónica Sigüenza

Primer Premio "II Concurso de Cuento Corto"

*** *** ***

MANSIÓN

a Marvin Game

Sólo vierte el equipo de sonido música pesada que llega a todos los rinocnes de la mansión, la cual parece estar amodorrada de narcóticos en la espera inútil de que alguien venga a sacudirlo. Por ello, siempre tan callada, momificada, llena de telarañas que no se ven, tenues luces parecen penetrar de otra realidad ajena al exterior. Deja percibir un sarcófago cubierto de esplendor, fama, voz melodiosa que cubre toda la tierra y va hacia el espacio para impregnarse en él. Sí claro que tenía que ser así. No hay evidencia de otra cosa. Primero, la vanidad y todo lo que ella implica junto a la diversión: después ese ritmo se tornó transformador, al recurrir a las píldoras ya estaba pepeado; luego la cumbre lo trasladó a lo fastuoso, el alcohol hizo su aparición con esa morbosa nostalgia, poblada de recuerdos con una misma música que nunca concluía y lorando deslizábase en cuatro sosteniendo en voz baja que aún la amaba, hasta quedarse soñado en el piso, luego de golpearse en él. Para entonces se llegó a pensar que todo era por su mal carácter que ella había optado por abandonarlo. El whisky y los estimulantes, afirmaban algunos de sus amigos; pero no, no era así. Esta puta casa lo sabe, sí, presiento que agacha sus facciones, pues además me ha visto que he caminado sin que nadie note mi presencia. Dejé de visitarlo cuando ella sostuvo que todo marchaba sobre ruedas, él me ama, yo a él un mundo, mas lo que no manifestó fue para no ensuciarlo, ¡ensuciarlo!, quizá nunca lo supo, pero yo, ¡puta madre!, lo llegué a sospechar, empezaste a preparar los san pedro cuando había luna llena, echándole agua a ese brebaje maldito durante tres días, las veinticuatro horas, te lo tomabas y era peor que el trago, la nostalgia penetraba por los poros , luego de ver la luna como una ventana por la que entraban los rayos que te lanzaban a caminar por todos los cuartos con los ojos cerrados buscando algo de nombre incomprensible, terminando siempre de cabeza en un rincón. Debí decirte que mi imagen no era la de San Pedro cuando proyectabas tus ojos vidriosos hacia el tumbado, revolcándote sobre el suelo como una culebrea mal parida. Impedir que te asemejes a una gran ramera poseída por algún demonio de la época de Sodoma y Gomorra, danzando y cambiando de posturas con una música que sólo tú escuchas, no me fue posible, puta madre; terminabas cantando algo triste que llamaba al llanto, dirigiendo tus manos hacia mí exclamando que de nada te había servido amar, todo era una inmensa güevada y que la causante tenía que morir para impedir que la veas con otro. Ahora que me he podido dar cuenta que ya no existimos para ti, he logrado escuchar la música con la letra de siempre pudiendo llegar a su final. Nunca lo sabrás, llegaste a la vida sin tu consentimiento, de la misma manera que ahora te vas. tu voz quedará flotando aquí y en esa otra realidad venida del exterior. Y no necesitará esta mansión esperar a nadie. Perdona este tiro de gracia, hijo.

Pedro Tomalá Macio

Segundo Premio "II Concurso de Cuento Corto"

NOTA: El autor del cuento "Mansión" está elaborando una versión

final del mismo, que posteriormente publicaremos en este

blog.

POETAS LATINOAMERICANOS

ODA AL DÍA FELIZ


Pablo Neruda

Esta vez dejadme

ser feliz,

nada ha pasado a nadie,

no estoy en parte alguna,

sucede solamente

que soy feliz

por los cuatro costados

del corazón, andando,

durmiendo o escribiendo.

Qué voy a hacerle, soy

feliz,

soy más innumerable

que el pasto

en las praderas,

siento la piel como un árbol rugoso

y el agua abajo,

los pájaros arriba,

el mar como un anillo

en mi cintura,

hecha de pan y piedra la tierra

el aire canta como una guitarra.

Tú a mi lado en la arena

eres arena,

tú cantas y eres canto,

el mundo

es hoy mi alma,

canto y arena,

el mundo

es hoy tu boca,

dejadme

en tu boca y en la arena

ser feliz,

ser feliz porque sí, porque respiro

y porque tú respiras,

ser feliz porque toco

tu rodilla

y es como si tocara

la piel azul del cielo

y su frescura.

Hoy dejadme

a mí solo

ser feliz,

con todos o sin todos,

ser feliz

con el pasto

y la arena,

ser feliz

con el aire y la tierra,

ser feliz,

contigo, con tu boca,

ser feliz.

EL CÓMPLICE

Jorge Luis Borges

Me crucifican y debo ser la cruz y los clavos.

Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.

Me engañan y yo debo ser la mentira.

Me incendian y yo debo ser el infierno.

Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.

Mi alimento es todas las cosas.

El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.

Debo justificar lo que me hiere.

No importa mi ventura o mi desventura.

Soy el poeta.

LA CEREMONIA

Julio Cortázar

Te desnudé entre llantos y temblores

sobre una cama abierta a lo infinito,

y si no tuve lástima del grito

ni de las súplicas o los rubores,

fui en cambio el alfarero en los albores,

el fuego y el azar del lento rito,

sentí nacer bajo la arcilla el mito

del retorno a la fuente y a las flores.

En mis brazos tejiste la madeja

rumorosa del tiempo encadenado,

su eternidad de fuego recurrente;

no sé qué viste tú desde tu queja,

yo vi águilas y musgos, fui ese lado

del espejo en que canta la serpiente.

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