Elegía a uno mismo
Jorge Enrique Adoum
La edad se ha vuelto una enfermedad venérea
y casi casi cobardía: años de años
desperdiciados en durar, mucho tiempo bocabajo
sobre la duda, ya gastados los dientes
por los besos y hablar tanto, en los ojos
un asno de frecuente alcohol. De pronto encuentras
que para el último episodio, el único
de este western salvaje y eléctrónico
en que van a ganar por fin los pielesrrojas,
no basta la feroz dignidad de tus testículos
si no estás con todos tus resortes vivos
y no te basta, como antes o a los otros,
ir recogiendo firmas con tu profecía ni el cobarde
heroísmo de los solitarios en viciosas
sesiones de principios, ni te consuela
decirle al corazón que al fin y al cabo
te protesta: Vé tú, músculo voluntario
vestido de hojarasca, sería broma lo demás:
dirían que me envía el enemigo. Y te quedas,
anacrónico e hijo de vecino,
carajeando a James Bond en tu sillón de ruedas,
con tu hígado malo y tu aspirina
conyugal inútil, y tu decoro
tiene un dolor de cabeza
respetable, urbano, incorruptible.
Jorge Enrique Adoum
(ecuatoriano)
Fotografía: capturadas en internet (2013).
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