TRANSEÚNTE INTERGALÁCTICO
El individuo, trastabillando, transita por la
carretera. Cansado avanza; no sabe hacia dónde, pero avanza. Su cuerpo es muy
delgado; su vestimenta, oscura. Los automóviles pasan como la tarde, sin
detenerse. Quizá se sorprenda la gente al verlo errabundo.
En el azul de lo incierto de aquellas oquedades huye
su mirada. Los coches se han detenido: es la hora complicada.
- ¿Tendrá alma? -se pregunta una señora en voz muy
baja, mientras lo observa desde su coche escarlata.
- ¿Por qué
dices eso, madre? ...; ¡todos tenemos alma!
Silencio. Montañas. Neblina. La duda se estanca. Caen diluidas horas matutinas. El cielo enrojecido se está tornando gris. Desde arriba una luz desciende hasta el asfalto, hasta los pasos aturdidos de aquel torpe ser esquelético que avanza.
¿Tiempo fragmentado? Va y viene el viento. El carro
escarlata está regresando y el niño grita.
- ¡Lo van a salvar!
- ¿Qué te ocurre?... ¡Ten calma!
- ¡No es de esta galaxia!
Por el retrovisor ya no se ve nada…, solamente la luz
que se eleva. Entonces, la noche se abalanza contra las frías montañas.
Daniel Calero Solís
(Guayaquil, 1962)
Reconocimiento "Labradores de poesía", 2022.
Foto: Archivo DCS, 2022.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus palabras.