martes, 16 de agosto de 2022

JAQUELINE HUACANÉS: TERCER PREMIO DEL IV CONCURSO NACIONAL DE POESÍA DAVID LEDESMA

 


                     JAQUELINE HUACANÉS: TERCER PREMIO

      IV CONCURSO NACIONAL DE POESÍA DAVID LEDESMA

 

DELIRIO EN EL ESPEJO

                      I

Un pedazo de carne con nombre,

existir solo en el espejo.

No quiero este cuerpo, murmuran desde adentro;

quiero empezar en otro cuerpo,

estas ranuras son obscuras,

la nariz no aguanta el ardor

ni los ojos la tumefacción,

los cabellos duelen, pensar los agobia.

En su campo de guerra;

a este cuerpo le asesinan sus penas,

se ahoga en su humedad.

Es un cuerpo enojado,

rebota entre el sueño y la realidad,   

está infectado, agoniza.

Un día lo mataron y un día se dejó morir.

                   II

Este cuerpo llora porque no fue,

se decepciona por no estar ahí,

protesta porque le tocó,

maldice porque no le pasó.

Siempre hay algo,

le hace más allá o más acá de la buena fortuna.

las palabras no le alcanzan.

Vive la matanza del poco amor,

ve morir la paciencia.

Siente desdén por la luz que nunca entró,

su Judas no desaparece; le grita, le culpa,

va y viene en columpios de palabras.

¿Cuántas aceptaciones colman una vida?

¿Cuántos nadas forman un algo?

Busca en la chatarra los abrazos para curar

y los perdones para empezar.

                  III

Este cuerpo un día amó

y otro día se le enfermó el amor,

se le volvió grosero e indiferente,

mentiroso, mordaz, aprensivo,  

jugó a la guerra, perdió el honor,                                             

las palabras fueron balas y los gestos un cañón.

Se hizo víctima, se hizo cruel,

asesinó por momentos, miró sangrar,

acuchilló un alma, la mató.

No es verdugo, refrescó su ser,

lo enterró tantas veces un amor,

necesitó coser su boca, silenció su voz.

Vivió tanto y demás, ahora quiere menos.

reniega por la no condescendencia,                     

sacrificarlo fue su única opción.

                   IV

Después del crimen hay delirio,

sonidos en las botellas,

los gatos llaman.

cuenta los pasos de su perro,

punza la piel.

Vive sin nada y muere con todo,

escucha el crujir de los huesos.

percibe las grietas,

vidas lamentadas,

Este cuerpo respira en el vacío,

su fantasma busca tiempos,

escucha un golpe, horrorizado regresa.

condenado está en manos de la ausencia.

habla sarcásticamente, envenenado tambalea,

perece y la marioneta de la noche canta;

los recuerdos se le desploman a la garganta,

el tormento arrebata su existencia.

 

                              V

¿Qué hace un cuerpo a la puerta de la desdicha?

Masacrar sus células y metamorfosear,

buscar un lugar para morir,

llorar, lamentar, correr, dormir,

advertir la lluvia y saber que el exceso pudre,

volverse ciego, sordo, mudo,

Este cuerpo tiene una mente sin abrigo,

se infla y desinfla ahogándose en introspecciones.

Estropeado en tanto egoísmo perdió la suerte de volver

paralizado en el espejo mira todo envejecer.

                                VI

Ahora, este cuerpo camina al son de sus dolencias;

hacia atrás buscando destino,

hacia delante recordando el futuro,

imagina tanto que los presentes sean futuros,

no vivir los ayeres en los mañanas,

marcharse con el hoy en las manos,

a veces, los libera para que florezcan,

a veces, los encierra para conservarlos,

son tiempos sin nombre,

son cosechas del desaliento.

 

 

SEMBLANZA

Hilda Jaqueline Huacanés Imbaquingo nació en Tulcán, provincia del Carchi el 5 de mayo de 1987. Animalista y vegetariana. Licenciada en Comunicación Social, graduada en la Universidad Central del Ecuador. Diplomados en educación y tecnología. Su trabajo ha sido un vaivén de aprendizajes: asesora de proyectos, correctora de textos, profesora de lenguaje y asistente administrativa. Ha manifestado: “Escribo porque es en la palabra donde se materializan los laberintos mentales”. 

 

Foto: Jaqueline Huacanés. Cortesía de la autora.

 

 

 

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