LAS MANOS DEL ABUELO
¡Qué hermosas son tus manos, abuelito
¡Qué hermosas
son tus manos con arrugas¡
Son manos que me
cuentan una historia
de sudores y
penas y dulzuras.
Han trabajado
mucho y han sufrido.
Saben de la
alegría y de la angustia.
Supieron dar el
pan, plantar el árbol,
cultivar el rosal,
dar la ternura.
Algún día
lejano-dulce día-
tendré abuelo,
las manos con arrugas.
Y la gente dirá:
¡ Qué hermosas manos¡
¡Cómo saben de
glorias y de luchas!
Y un nietecito
mío, puro, alegre,
de alma
empolvada con blancor de luna,
"abuelo, me
dirá- también mis manos
serán alguna
vez, como las tuyas.
Gervasio Melgar
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